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El próximo domingo 11 de febrero celebraremos la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, aparición mariana que trajo consigo innumerables gracias físicas y espirituales.

Parte del mensaje que la Virgen transmitió en el pueblo francés puede entenderse como un llamado a cambiar nuestras vidas, ofreciendo todas las dificultades presentes a modo de penitencia por los pecados propios y de nuestros hermanos. Pues la verdadera felicidad, solo la alcanzaremos en el Reino de los Cielos.

Así lo expresó la pequeña Bernardita cuando le preguntaron si la Señora le había hablado: «Sí, la Señora repetía: Penitencia, penitencia, penitencia. Rece por los pecadores».

Este fue y es un llamado a la conversión, para volver nuestro corazón a Dios y a los hermanos, sobre todo a los más necesitados, entre ellos los enfermos.

María Inmaculada enseña que lo primordial es ser feliz en la otra vida, aunque para ello sea preciso aceptar las cruces que Dios nos envía. «Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro», le dijo.

Confiados en esa promesa, caminemos en medio de las dificultades que se nos presentan y este domingo, saludemos con nuestra oración a aquella Señora que al preguntarle su nombre dijo: «Yo soy la Inmaculada Concepción».

En este día te invitamos a visitar el Santuario de la Virgen de Lourdes en Quinta Normal. Más info AQUÍ 

Fuente: lourdes-france.com